Los mejores hoteles en El Calafate para disfrutar del encanto del sur

En medio de la naturaleza pero a una corta caminata del centro de la ciudad, a Kau Yatún no le falta nada. Esta estancia de campo tiene vistas alucinantes desde sus habitaciones, interiores en madera combinados con rojos intensos y con verdes relajantes, platos autóctonos y una variedad de servicios completísima.

Rodeado de vegetación y fauna autóctonas, este sitio es único porque se remonta a las primeras familias que poblaron El Calafate. Sus vestigios geológicos y paleontológicos te van a transportar en el tiempo, a unos 80 millones de años atrás.

También vas a poder presenciar tradiciones patagónicas, como el arreo y la esquila de ovejas, y hacer un tour guiado dentro del casco de la estancia. Entre otras cosas, vas a degustar mate y café acompañado de tortas fritas. Para sumar a sus ventajas, la estancia se preocupa por mantener la armonía con el ambiente que la rodea, por lo que se declara un hotel sustentable.

Desde la distancia, como una postal romántica, se alza una casa patagónica que se ensambla a la perfección con el paisaje de la zona. Es que en la construcción del Hotel Alto Calafate no se perdió de vista el impacto ambiental que este podría producir. Así, se seleccionaron para erigirlo materiales nobles como pórfido, basalto, piedra toba, granitos y gneiss.

Sus grandes ventanales te van a permitir maravillarte con el entorno de la estepa patagónica y sus imponentes lagos. En este ambiente de relajación, podés pasar un día en su spa completísimo con sauna, ducha escocesa, dos piletas (una de ellas de 18 metros de largo) y un gimnasio, así como tratamientos faciales y corporales para resetear energías.

A su vez, su restaurante Barlovento sirve platos espectaculares típicos de la región, como cordero o salmón.

A metros de la avenida principal y del centro comercial de El Calafate, la Posada Los Álamos está perfectamente preparada para darte todos los gustos. Sus habitaciones tienen esa atmósfera envolvente en la que todo parece decir “confort”.

En las inmediaciones de la posada hay de todo, desde un spa con pileta climatizada hasta cama solar, baño de vapor, hidromasajes, sala de juegos y guardería para dejar a los chicos. Podés pedir que te pongan alguna mascarilla facial o hacerte un pulido corporal, fangoterapia y hasta drenaje linfático; ¡un lujo!

En el restaurante vas a encontrar un riquísimo cordero patagónico al asador condimentado con especias de la zona, pastas caseras, pescados como trucha, salmón y centolla, y carnes rojas. Tienen, además, una huerta orgánica de donde toman los vegetales para los acompañamientos. Y como si fuera poco, tienen cava propia con vinos patagónicos para que degustes.

Pero hay más: cuenta con un club de golf llamado “El Pinar” que es apto para todos los hándicaps. Así que, tanto si sos un principiante como si sos un experimentado de este deporte, ¡alojarte acá te va a fascinar!

Vistas panorámicas al Lago Argentino, la Bahía Redonda o la Isla Solitaria desde las habitaciones o desde sus cabañas completísimas: eso es lo que te ofrece el hotel Blanca Patagonia. Tiene detalles de diseño muy bonitos y una chimenea en el espacio común, ideal para sentarte a leer o descansar en sus sillones.

Por la mañana, vas a poder tomar alguno de sus tés y cafés de cortesía y prepararte algo en su cocina completa alojándote en las cabañas. Si te hospedás en la hostería boutique, podés acercarte a probar su desayuno buffet, que es realmente completo y fresco.

En las inmediaciones hay varias opciones para pasarla genial y mantenerse activos, como una cancha de fútbol y un gimnasio.

En la inmensidad patagónica, custodiando el Lago Argentino, está el maravilloso hotel Sierra Nevada. Su arquitectura en armonía con el ambiente, las comodidades que ofrece y su cercanía a puntos turísticos centrales, lo convierten en uno de los mejores hoteles en El Calafate.

En un radio de 500 metros del Lago Argentino, este alojamiento de tres estrellas tiene habitaciones completas e instalaciones que no tienen nada que envidiarle a los hoteles de más lujo. Quizás es por eso que es uno de los más populares en su tipo.

Entre sus amenities destacan el gimnasio, su brillante jardín y el salón compartido en donde podés sentarte a trabajar con tu laptop, conversar con otros huéspedes o relajarte mirando a través de sus paredes vidriadas. También ofrece un desayuno que destaca por su frescura y bicicletas gratuitas que te dan para explorar los alrededores.