Mamá sabe qué es mejor: 3 madres y 3 viajes de vacaciones familiares

Madre: Juliana, @madreinargentina

“Miren que no tenemos televisión, ni pileta” fue lo primero que nos adelantó el gerente de “Patio Alto”, cuando se enteró que íbamos con nuestras hijas de once y trece años. Eran las vacaciones de julio, estábamos muy cansados y andábamos necesitando desenchufarnos en serio. Así que finalmente terminamos decidiéndonos y, les juro que no exagero, ¡fueron unas de las mejores vacaciones de nuestras vidas!

Conocimos Tilcara de punta a punta, Purmamarca, Humahuaca y Las Salinas. Después de caminar y recorrer tanto durante el día era un placer volver a ese lugar tan acogedor, donde nos esperaban con café con leche y scons caseros. A la noche, cuando empezaba a hacer frío, hasta nos dejaban bolsas de agua caliente en las camas.

Dormimos siestas interminables al aire libre, charlamos mucho, compramos artesanías, comimos rico (el cocinero de la familia aprovechó la cocina comunitaria para preparar delicias) y nos recargamos de esa energía especial, tan típica del norte. Mis hijas sobrevivieron a la vida sin tele, a la falta de chapuzones y, en su reemplazo, se la pasaron paseando, conociendo lugares nuevos, y sacando fotos a lo loco.

Si nos preguntan si volveríamos, sé que les cuatro contestamos que sí, sin dudarlo, pero con una condición: que el hospedaje sea en “Patio Alto”.

Madre: Betina Suárez

Llegamos a los Esteros del Iberá con nuestras hijas que tienen edades muy diferentes: 15 y 9 años. El desafío no era entonces esquivar los yacarés en los paseos, sino encontrar un lugar en donde todos nos sintamos a gusto para que realmente fueran vacaciones. Elegimos Ñandé Retá Lodge, una hosteria pequeña (30 huéspedes aprox) en un predio precioso con árboles enormes, pileta y tantos tonos de verde como se les ocurra. Está lleno de rincones para sentarse a disfrutar al aire libre, en el altillo soñado, en los sillones acogedores. Ellos se ocupan de coordinar las excursiones y en el living tenés café y té siempre disponibles, juegos de mesa y un ambiente tranquilo y alegre. La comida es con menú único (nos asustamos, pero si lo del día no te gusta, avisás y te hacen otra cosa). Pan casero, chipá y hogar con fuego lindo, ventanales y una decoración muy cálida. Es recontra familiar y los padres sabemos que los “amiguitos” de vacaciones son un tesoro incalculable para los nenes que juegan y para los papás que se relajan.

Las excursiones son geniales para hacer con chicos, hay muchas, accesibles e imperdibles. El lugar es tan amable como su gente. Hagan todas las que puedan, pero no se pierdan la caminata nocturna con botas de lluvia y linternas, para los nenes es genial. Nosotros hasta nos cruzamos con ciervos.

Ñandé Retá significa “Nuestro lugar”, supe cuando ya nos íbamos. Y de eso se trata para mi un buen hotel para ir con chicos: Un sitio en donde te sientas tan a gusto que de verdad puedas descansar.

Madre: Fabiana, De Madre a Madre

Viajar siempre es lindo. En el mes de Octubre me tocó hacerlo por mi trabajo a la ciudad de Tucumán a capacitar a madres emprendedoras de esta ciudad.

¡Qué buena oportunidad para viajar con la familia! Pensé. Lo primero que me vino a la mente fue probar las clásicas y famosas empanadas de esta provincia! Dicho y hecho planificamos un viaje familiar, pero viajar con hijos significa tener algunos puntos en consideración, principalmente cuando es con un bebé.

Elegimos hospedarnos en el centro de la ciudad de Tucumán, precisamente enfrente de la plaza independencia en el hotel Garden Plaza. Pasamos dos noches muy bien atendidos y me sirvió también como locación para realizar algunas entrevistas del medio local.

Lo que más me gustó de este hotel fue la ubicación y la amplitud de la habitación, ya que además de una cama doble, también teníamos una single para mi hija mayor de 4 años y una cuna para la más chiquita. A diferencia de algunos hoteles, la cuna era super segura. Estaba tan bien ubicado que pudimos conocer los puntos más turísticos de la ciudad, caminando.

¡Tucumán es una ciudad hermosa para conocer! Podés encontrar lindas actividades para hacer con los chicos y además tienen una historia muy interesante. Si viajás a esta ciudad, no podés dejar de saludar a la Sra. Sara Figueroa que vende sus empanadas enfrente de la ” Casa de Tucumán”. y el museo Miguel Lillo.

Sin dudas, ¡volveremos!