Nosotros entendemos exactamente el porqué, y creemos que es uno de los lugares más mágicos para incluir en tu lista de viajes.
No obstante, Puerto Iguazú también es el hogar de hoteles increíbles que vale la pena conocer. Por eso te traemos 4 hoteles que valen el viaje a Puerto Iguazú, para que puedas vivir la experiencia de selva en medio de lujos y relax además de conocer las míticas cataratas.
Relajarse en el corazón de la selva
Sentirse libre en la inmensidad de la selva es una sensación permanente en este hotel: el verde y el aire fresco son los protagonistas del lugar, desde despertarte a ver los fronduosos árboles desde tu balcón, hasta irte a dormir escuchando los hermosos sonidos que tiene la naturaleza para darte.
El Falls Iguazú te ofrece una experiencia wellness espectacular, sin necesidad de desconectarte de la selva. ¿Qué tal te suena un masaje y una sesión de sauna después de visitar las cataratas? ¿O tal vez salir a caminar en medio de los caminos del establecimiento o usar las bicicletas para dar un paseo y respirar un poco de verde?
Te invitamos a que tomes tu libro favorito, te recuestes en las sillas de tu balcón y te relajes con el sonido de las más de 450 especies de aves de Iguazú que cantan sin timidez en las horas de la mañana y de la tarde. Mucho mejor que escuchar el bondi que pasa todos los días a las 7, ¿no?
Selva y diseño
Estar en la mitad de la selva no tiene que significar acampar, dormir mal y darte cuenta al otro día que la razón pode tu mala noche es que no tenías ni idea de cómo armar la carpa. En el Loi Suites Iguazú tienes la oportunidad de hospedarte en un lugar súper cómodo y con un diseño divino y en la mitad de la selva subtropical Iryapú.
Este hotel, construido con la intención de mezclar la naturaleza con el diseño, tiene como objetivo garantizar una experiencia eco-friendly con mucho estilo mientras tienes la oportunidad de disfrutar al máximo la vida en el bosque de lluvia. Pocos hoteles pueden ofrecerte toda esta combinación.
La zona de la pileta parece sacada de la mejor cuenta de Instagram, aunque, siendo justos, la mayor parte del hotel te da escenarios para la foto perfecta. Ideal para la escapada exótica que necesitas por el correr de la vida diaria: nada como cambiar los edificios y el smog por los tremendos árboles, el aire fresco y un atardecer en la selva.
Para nunca aburrirse
El Iguazú Grand Resort ha sido, por su excelencia, el hotel elegido tradicionalmente al visitar las cataratas, ya que tiene todos los requerimientos para una estadía completa e inolvidable. Sus instalaciones al servicio de adultos y niños garantizan que cada momento que se pase en el hotel sea uno de diversión o relajación, dependiendo de lo que se esté buscando.
Las 8 hectáreas del hotel, que está a sólo 15 minutos caminando de la entrada al Parque Nacional del Iguazú, invitan a actividades de todo tipo: desde relajarse y jugar en las piletas para niños y grandes, campos de fútbol y tenis para dejarlo todo en la cancha y hasta zona de escalar para tener unas vacaciones diferentes.
Mientras que los más chiquitos se divierten en clases de pintura o aprendiendo a cultivar verduras en el jardín, los padres podrán estar sin ninguna preocupación en el casino o jugando una partida de póker o minigolf. Acá hay todo para hacer dentro del mismo hotel y nadie va a aburrirse.
Una cabaña con mucho estilo
La madera, el buen gusto y la selva se unen para crear algo único: la Cantera Lodge en Iguazú. Respirar azul purito mientras tu hotel tiene un balcón (con vista a la fronduosa selva) con jacuzzi privado para disfrutar, es sin duda una experiencia única.
Si lo que buscas es relajarte, un poco de paz, privacidad y conectarte con la naturaleza, este es el lugar ideal para vos. Un tour en bici montañera en medio de la selva del Iguazú o una caminata para aprender todo sobre la bellísima vegetación que lo conforma es una gran forma de vivir tu experiencia de selva.
Esta joya escondida en la mitad de la jungla te ofrece toda la experiencia selvática sin tener que vivir un minuto de incomodidad, perfecta para esa escapada romántica en medio de la nada.